La prolongada huelga de los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico ha logrado conmover toda la estructura agitativa del pueblo boricua
Resumen Latinoamericano / NCM.- Manifestantes cerraron carreteras en varias ciudades y hubo choques con la Policía nacional en la jornada más candente de la huelga universitaria, conflicto que ha dividido al oficialismo hasta el punto de que mientras el Gobernador, Luis Fortuño, ordenó reanudar las negociaciones otros voces claman por ³colapsar² la Universidad de Puerto Rico.
De esa forma, la lucha universitaria ha terminado por convertirse en un detonante para la agitación social dispersa en un momento particularmente delicado para esta nación caribeña por los problemas económicos, las políticas fiscales y la presión para poner fin a su condición de colonia de Estados Unidos.
El día había comenzado con un ³paro general² convocado por parte del liderato sindical en solidaridad con los estudiantes y que se cumplía con intensidad tan moderada que temprano el Secretario de la Gobernación, Marcos Rodríguez Ema, cantaba victoria y se burlaba de los huelguistas. Pero, la sorpresa vino después.
Más que una huelga que paralizase el Estado o el sector privado, lo que muy pronto comenzó a ocurrir fue una serie manifestaciones y paralizaciones de instalaciones gubernamentales que afectaban diversas ciudades y mantenían a la Policía nacional ocupada en muchos puntos a la vez. Hubo cierres esporádicos de carreteras importantes en San Juan, Carolina, Ponce y Mayagüez, mientras la actividad de movimiento de camiones de carga se redujo de manera notable.
En San Juan ocurrieron choques entre trabajadores y policías en el Centro Gubernamental Minillas, mientras que el enfrentamiento más grave se produjo cuando la Policía movilizó la Unidad Montada contra los estudiantes que bloqueaban la carretera dos en Mayagüez. Ante el intento de avanzar de los policías a caballo, los manifestantes respondieron lanzando botellas, piedras y palos como proyectiles con el saldo de al menos un manifestante y un policía lesionados.
Frente al principal centro de la UPR, el Recinto de Río Piedras, se formó el corazón de toda la protesta con una manifestación combinada por un acto artístico que cubrió de manera constante un área con cabida para cerca de ocho mil personas durante al menos cinco horas a pesar del flujo de gente que llegaba y se iba.
En el interior del recinto, mientras tanto, los huelguistas que la víspera habían ganado en los tribunales la lucha por echar al piso la prohibición de recibir comida, agua y medicinas- aprovecharon que la Policía nacional no podía vigilarlo todo para lograr la entrada de estudiantes de refuerzo. Tantos entraron que en horas de la tarde comenzaron a regresar a sus casas contingentes relevados y así mantener el orden adentro.
Horas antes de que comenzara el "paro general", el Gobernador Fortuño le informó al periódico El Nuevo Día que había dado instrucciones para que se reanudara el diálogo entre la jefatura universitaria y los huelguistas. En horas de la mañana, en una transmisión especial de Univisión Radio en que participaron los directivos de la UPR y representantes de los estudiantes se anunció que al día siguiente comenzarían las conversaciones oficiales con el Comité Negociador Nacional estudiantil.
Las conversaciones con el "Comité Negociador Nacional" vienen a constituir la primera vez en que la jefatura acepta reunirse en conjunto con los representantes estudiantiles de los once recintos del sistema de la UPR, paralizado casi en su totalidad por la huelga que comenzó el 21 de abril. Pero además, marca un cambio en la posición de los directivos de la UPR, que se habían levantado de la mesa de negociaciones y decretado el cierre del Recinto de Río Piedras hasta el 31 de julio en un intento porque se levantaran contra los huelguistas los estudiantes que ellos esperaban estuvieran en contra del movimiento, cosa que no se materializó.
Ante los eventos de ayer, no había unidad en el oficialista Partido Nuevo Progresista. Entre los críticos estuvo el influyente y respetado analista anexionista Luis Dávila Colón, quien en su programa radial hizo un llamado apasionado a ³colapsar la universidad² para ³refundarla² porque opinó que la misma ha estado dominada por los comunistas durante muchos años.
Hasta ahora, la huelga estudiantil ha logrado contar con el respaldo de las uniones afiliadas a las centrales estadounidenses AFL-CIO y Change to Win, que convocaron el ³paro general² junto con la Central Puertorriqueña de Trabajadores, así como por separado con PROSOL, que agrupa sindicatos que no comparten la línea estadounidense y que mantienen un campamento junto al Recinto de Río Piedras. De igual forma, el Frente Amplio de Solidaridad y Lucha se movilizaba ayer en diversas zonas del país apoyando las acciones de los estudiantes.
En el espectro político, los estudiantes cuentan con un apoyo que va desde la Organización Socialista Internacional, la Unión de Juventudes Socialistas, el Movimiento al Socialismo y el Movimiento Independentista Nacional Hostosiano, entre otros sectores de izquierda. Pero también reciben el respaldo del pequeño aunque influyente Partido Independentista Puertorriqueño y hasta del Partido Popular Democrático, principal formación opositora y que mantiene una política pro EEUU. Incluso en el oficialista Partido Nuevo Progresista hay voces importantes, especialmente de académicos prestigiosos, que apoyan y participan en el movimiento de huelga.
En general, la huelga dentro de los recintos se ha desarrollado de manera pacífica, salvo algunos choques principalmente en Río Piedras, y los rectores de la mayoría de los recintos han informado que todo transcurre en un ambiente de diálogo.
Se trata de un movimiento que ha sorprendido con sus ocurrencias, como la comparsa de ³los payasos de la fuerza de choque², que ataviados con ridículos uniformes negros y chalecos contra balas de cartón hacen farsa y mofa delante de las líneas de los policías y usan escobas para ³barrer el perímetro². Al llegar a la manifestación frente al Recinto de Río Piedras, los payasos le sacaron sonrisas hasta a oficiales de la propia Policía nacional. |
