45 años de la Tricontinental
La voz impresa de los pueblos contra el dominio político, económico y la penetración cultural imperialista
La revista Tricontinental
es el órgano teórico de la
Organización de Solidaridad de
los Pueblos de África, Asia y
América Latina (OSPAAAL);
surgida por acuerdo de los
participantes en la “Conferencia
Tricontinental de los pueblos de
África, Asia y América Latina”,
que efectuada en
La Habana del 3 al 15 de enero
de 1966, sesionó con la evidente
convicción proclamada el 4 de
febrero de 1962, en la Segunda
Declaración de La Habana, de:
“… esta gran humanidad ha
dicho: «¡Basta!» y ha echado a
andar. Y su marcha de gigantes,
ya no se detendrá hasta
conquistar la verdadera
independencia”.
La OSPAAAL creada, para alcanzar
la unidad de las fuerzas
revolucionarias en lucha por
alcanzar la liberación, la
independencia y la soberanía
nacional de los pueblos, frente
a el imperialismo, contra el
apartheid y la segregación
racial; para su identidad
comunicativa__ además de sus
comunicados, mensajes y
llamamientos, boletín, filmes,
producciones literarias y
noticieros radiales__ erigió la
revista Tricontinental.
La revista Tricontinental
en contrapartida a la dramática
situación que impuso el
imperialismo norteamericano que
enviaba sus soldados a reprimir
los movimientos progresistas y
revolucionarios de liberación en
cualquier parte del mundo
perfiló su contenido temático,
con la publicación de artículos
y valoraciones, en armonía con
la proclamación del derecho de
los pueblos, para proteger sus
soberanías e independencias
nacionales, oponiendo a la
violencia imperialista la lucha
armada revolucionaria, mostrando
que las causas que originan las
revoluciones tienen sus
consecuencias de las condiciones
de vida y la conciencia de cada
país y no de su exportación;
convocando a los pueblos a
defenderse de la penetración
cultural y de las agresiones
directas o indirectas de las
potencias capitalistas.
En el protagonismo de la revista
Tricontinental, para lograr la
unidad entre los pueblos y
enfrentar la dramática situación
impuesta por el imperialismo,
además del Che quien con su
histórico mensaje marcó la fecha
fundacional de su publicación y
deslumbró como su principal
inspirador, también estuvieron
asociados con su fundación las
voces de importantes líderes del
movimiento revolucionario, como:
Fidel Castro, Amilcar Cabral y
Ho Chi Min.
EL MENSAJE DEL CHE A LA
TRICONTINENTAL
El 16 de abril de 1967 la
OSPAAAL editó un folleto con el
texto íntegro del histórico
Mensaje del Che a la
Tricontinental ;
devenido en la edición 0 en su
la página de presentación, se
advirtió la futura publicación
de la revista Tricontinental El
Che lo había enviado en
respuesta a un pedido del
Secretariado Ejecutivo de la
OSPAAAL; de solicitud de
colaboraciones, de los más
destacados dirigentes
revolucionarios del mundo, para
incluirlos en el primer número
de la revista y por la claridad
en que, en ese artículo, se
abordaron los problemas de vital
importancia para el movimiento
revolucionario y la denuncia
enérgica contra la política del
imperialismo se decidió
publicarlo en un suplemento
especial. El Mensaje del Che a
la Tricontinental, una vez hecho
público y distribuido a diversos
países, fue reproducido en
folleto y revistas por
organizaciones progresistas y
partidos amigos, que lo
imprimieron, en otros idiomas
como; italiano, inglés, francés,
árabes y japonés.
PRIMERA ÉPOCA DE LA REVISTA
TRICONTINENTAL
Convencionalmente distinguida su
edición y circulación por la
periodización de dos épocas; es
conveniente destacar sus rasgos
generales que han diferenciados
su publicación, como han sido:
su periodicidad bimestral;
alternado mensualmente, hasta
mediado de la década del ochenta
del siglo pasado, con la edición
del Boletín Tricontinental que
con aproximadamente 68 páginas y
portada a color, diseñado por
Lázaro Abreu Padrón, comenzó a
circular en abril de 1966 con
periodicidad mensual, en
español, inglés, francés y
árabe; a través del cual se
difundieron noticias y artículos
de fondo
La primera época de la revista
Tricontinental (1967-1992), en
cuanto a su formato se
identificó por su formulación en
dos dimensiones: de 23 x 15
centímetros y 120 páginas,
similar al formato de un libro,
que abarcó desde la No 1, en
agosto de 1967, con una tirada
de 50 mil ejemplares, (25 mil en
español, 15 mil en inglés y 10
mil en francés) extendiéndose
hasta la No 87 (1983) y
sucesivamente con el formato de
21 X 28 centímetros, entre la No
88 hasta la No 130 en 1992.
La concepción y presentación de
la maqueta del primer número de
la revista Tricontinental
había sido concebida por el
diseñador gráfico José Gómez
Fresquet (Frémez) y al no poder
ocuparse este de su proceso
editorial, a solicitud del
Secretariado General de la
OSPAAAL, lo realizó Alfredo
Rostgaard, quien en su condición
de director artístico fundador,
incidió en materializar su
edición, así como de los
carteles y otros impresos que
formaron parte de su
circulación. En esta tarea se
contó con la colaboración de
Lázaro Abréu Padrón, quien
además de continuar diseñando el
boletín informativo de igual
título, brindó su aporte
creativo en las cubiertas y
contracubiertas así como en
ambos reversos de la revista.
La portada del primer número, en
conformidad con un reportaje
inédito aparecido en el mismo,
reflejó la imagen de Pierre
Mulele quien, después del
asesinato de Patricio Lumumba,
había conducido la lucha armada
en el Congo. Portadora, en sus
páginas, de un mensaje de Ho Chi
Minh, que se adhería a lo
expresado en su editorial de que
la publicación serviría de
órgano de difusión e intercambio
de las experiencias
revolucionarias así como de las
ideas más nobles de los hombres
que luchaban y pensaban por la
libertad plena de la humanidad,
también constituyeron parte de
su sumario temático los
artículos: “Reforcemos la lucha
antiimperialista y anti-yanqui”;
del Primer Ministro Coreano Kin
II Sung, “El Tercer Mundo
nuestro mundo”, otro acerca de
los objetivos de la lucha de los
afroamericanos en los Estados
Unidos; de la autoría de Stokely
Carmichael y el amplio estudio
titulado “Medio Oriente 5 días
con futuro. La estrategia del
petróleo” donde se denunció el
dominio del petróleo árabe por
el imperialismo internacional.
Entre otros trabajos completaron
las 122 páginas del número
inaugural de la revista
Tricontinental una carta de Ho
Chi Minh al presidente
norteamericano Lyndon Johnson,
que con el título “Viet-nam:
esta es mi respuesta”, insertada
en la sección Actas para la
Historia reafirmaba la decisión
del pueblo vietnamita de
continuar la lucha has la
victoria final. En la sección el
Hombre en su Palabra se incluyó
aspectos de la trayectoria del
líder marroquí El Mehdi Ben
Barka quien había sido
secuestrado y asesinado en
momento en que se desempeñaba
como Presidente del Comité
Preparatorio Internacional de la
Primera Conferencia
Tricontinental.
Desde la publicación de ese
primer número se asumió la
práctica del empleo del cartel
que desde comienzo de 1967 había
sistematizado la OSPAAAL, su
recurrencia como información
visual complementaria a los
artículos de la revista tuvieron
dos visibles distinciones: los
que plegados en su interior
formarían parte de su perfil
editorial y los que insertados
en sus portadas, contraportadas
y páginas interiores servirían
como apoyo visual a su contenido
temático.
En la ejecución editorial y
distribución al mundo de la
Tricontinental, desde la
aparición del primer número, se
involucraron distinguidos
periodistas, notables artistas
de las artes plásticas y
diseñadores gráficos integrantes
la vanguardia artística, que
conjuntamente con los
trabajadores de la industria
grafica cubana han hecho posible
una publicación que ha servido
como fuente de información sobre
la lucha contra el colonialismo,
neocolonialismo y el
imperialismo y al propio tiempo
tribuna abierta al debate de
ideas, donde han sido abordado
los principales problemas que
afectan a los pueblos y la
posibilidad de buscarles
solución a través de
transformaciones
revolucionarias.
Por su dinámica efectividad
comunicativa, durante la
administración de Richard Nixon,
en Estados Unidos, la revista
Tricontinental fue señalada como
una publicación de contenido
subversivo porque recomendaba a
las fuerzas revolucionarias
orientaciones acerca de cómo
emplear sus armas en sus
enfrentamientos de defensa de
los ataques y agresiones
imperialistas. Tal imputación no
se ajustaba a la realidad porque
los medios de combate que
aparecieron ilustradas, con
instrucciones para su manejo en
las contraportadas de los
primeros 12 números publicados,
eran precisamente las empleadas
por las fuerzas reaccionarias
para aniquilar a los
guerrilleros, luchadores urbanos
y otros combatientes. Con tal
falsedad pretendían enmascarar
sus acciones subversivas tales
como: la invasión de revistas,
folletos, postales y otros
impresos de contenido
pornográfico y distorsionador de
la realidad de la lucha de los
pueblos de los tres continentes.
Contra las calumnias por la
aparición de la revista
Tricontinental estuvieron las
opiniones expresadas por
destacadas personalidades como
la de Ho Chi Minh en un mensaje
que aparece publicado en el
primer número de esa publicación
donde manifestó: “...me
siento muy feliz de enviar a los
pueblos hermanos de Asia, África
y América Latina mis mejores
votos de solidaridad y de éxitos
en su gran lucha contra el
imperialismo, el colonialismo y
el neocolonialismo con el
imperialismo norteamericano a la
cabeza, por la liberación
nacional y el movimiento de la
paz mundial. Deseo un éxito
total a Tricontinental en el
cumplimiento de sus nobles
tareas revolucionarias”.
Impresa en ediciones en español,
inglés y francés, contó hasta el
No 24 de mayo-junio de 1971 de
una edición en italiano. La
edición de los 24 números en
italiano de la revista
Tricontinental estuvo a cargo de
la librería Feltrinelli, en
Milán. Igualmente entre, 1966 y
1969, se editó en francés por
Editions Francois Masperó; una
de las casas editoriales más
importantes de Francia. También
en Alemania durante un año por
Trikontuerlag. En poco tiempo el
Secretariado Ejecutivo de la
OSPAAAL contó con tres medios
fundamentales para su labor de
propaganda: el cartel, la
revista y el boletín que
conjuntamente con la sección
cinematográfica y los programas
de radio que se escuchaban lo
mismo en Buenos Aires que en la
zonas liberadas de Guinea
Portuguesa, integraron el
conjunto de su gráfica política
de la solidaridad tricontinental
que circulaba por todo el mundo.
En cuanto a los carteles que
plegados en su interior
constituyeron parte de su perfil
editorial de la revista
Tricontinental estuvieron
configurados con imágenes
fotográficas y dibujadas o ambas
combinadas, con elementos de la
realidad y en ocasiones
figurados, floreciendo
portadores de elementos y signos
gráficos con la representación
de elementos autóctonos y
folklóricos de los diversas
nacionalidades acompañados con
lanzas, ballestas, arcos,
flechas y armas de combates
convencionales que simbolizaban
la defensa de los pueblos frente
a la potencias occidentales.
Entre los primeros artículos de
intelectuales cubanos de
reconocidos prestigio
internacional, contra la
penetración cultural, figuró el
trabajo “Arte y compromiso” del
cineasta Santiago Álvarez, en el
que el creador cubano puntualizó
el papel a desempeñar por los
cineastas en momento en que se
acentuaba la lucha de los
pueblos contra el dominio
imperialista.
La repercusión que sucesivamente
consiguió el mensaje orientador
y solidario de los impresos de
la OSPAAAL motivó preocupaciones
y comentarios suscitados en
periódicos de Estados Unidos,
por las autoridades de la
aduana, así como por la
prohibición de la circulación
distribución y la puesta en
venta de la revista
Tricontinental, (con sus
carteles plegados) en Francia,
donde se distribuían tres mil
ejemplares por la editorial de
Francois Masperó uno de los
editores más destacados de ese
país siendo condenado el 8 de
julio de 1969 a cuatro meses de
prisión y 18 mil francos de
multas. Dicha revista fue la
primera en el mundo en dar a
conocer informaciones inéditas y
documentos sobre África, Asia,
América Latina, el movimiento
negro en Estados Unidos y la
situación en Europa Occidental.
Es significativo en los últimos
años de la década del sesenta la
presencia reiterada de
prospectos con ilustraciones
gráficas que sin poseer una
frase o un texto, fueron
distribuidos doblados en el
interior de la revista esa forma
de comunicación gráfica, tomó
mayor relevancia en la pintura
al óleo Cristo Guerrillero
(1969) de Alfredo Rostgaard,
reproducida en offset en
homenaje a la memoria del
sacerdote y guerrillero
colombiano Camilo Torres.
Esos ejemplos, aunque no
asumieron las normas
convencionales de la relación
que debe existir entre la imagen
y el textos que caracterizan a
un cartel, por su forma de
presentación cumplieron con la
función comunicativa inherente a
este medio para incentivar la
lucha revolucionaria contra la
penetración cultural y por la
independencia de los países del
yugo neocolonial, lográndose
difundir ideas que eran
necesario defender a través de
esta manifestación artística a
personas que no sabían leer y
que solo era posible trasmitir
mediante la ilustración gráfica.
Otros de los recursos empleados
en la gráfica de la OSPAAAL
distribuidos con la revista
Tricontinental fue el conocido
de la técnica gráfica japonesa
de origami introducido por
Alfredo Rostgard para satirizar
la explotación y la deformación
cultural impuesta a los pueblos
subdesarrollados por las
potencias imperialistas como los
realizado: para la Jornada de
solidaridad con el pueblo de
Puerto Rico (1968), que en la
parte superior poseía la imagen
de un candidato electoral de un
aparente partido llamado Unión,
que al ser abierto revela la
imagen del presidente de los
Estados Unidos Lyndon B. Jonhson
respaldado el texto: “Por el
camino de la traición” y el de
formato pequeño que reflejó la
lucha de la comunidad negra en
Estados Unidos, su configuración
residió en un dibujo con una
pantera símbolo del Black Power
que en simulacro a un rugido se
abre al recibir impacto de un
proyectil.
Entre 1967 y 1970 además de la
condena al sionismo de Israel,
el rechazo a las intervenciones
norteamericanas en Viet Nam,
Laos y Cambodia, contra la
ocupación de República
Dominicana, el enclave colonial
de Puerto Rico y las que
apoyaron a la Revolución Cubana
también se formularon las
diversas muestras de apoyo
político patentizada en la
Tricontinental en solidaridad
con: Frentes de Liberación
Nacional (FLN) y las Fuerzas
Armadas de Liberación Nacional (FALN)
de Venezuela, que se unieron
bajo un mando único (FLN-FALN),
Movimiento de Izquierda
Revolucionaria (MIR) del Perú,
Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR)
de Guatemala, Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia
(FARC), Ejército de Liberación
Nacional (ELN) de Bolivia,
Frente Sandinista de Liberación
Nacional (FSLN) de Nicaragua,
Frente de Liberación Nacional
(FRELIMO) de Mozambique,
Movimiento de Liberación de
Angola (MPLA), Partido de
Independencia de Guinea y Cabo
Verde (PAIG), Congreso Nacional
Africano de Sudáfrica (ANC),
Organización Popular de África
Sudoccidental (SWAPO), Unión
Popular Africana de Zimbawe
(ZAPU) y la Organización de
Liberación de Palestina (OLP).
Y aunque habitualmente la
OSPAAAL, en correspondencia con
el alcance del trabajo de
solidaridad fundamentalmente
expresaba su apoyo a favor de
los pueblos de países del
llamado Tercer Mundo; tales
propósitos, por su repercusión y
significación para las causas de
los tres continentes, también se
extendió a favor de la lucha del
pueblo afro-norteamericano
víctima del racismo y privados
de sus derechos civiles, por la
reunificación en la República
Popular Democrática de Corea y
contra los lanzamientos de
bombas nucleares, por Estados
Unidos, en las ciudades
japonesas de Hiroshima y
Nagasaki.
Continuamente la constitución en
1973 de su equipo de diseñadores
le permitió a la OSPAAAL
fortalecer su política
comunicativa a través de sus
diversos aportes gráficos y en
particular para la edición de la
revista Tricontinental, al
frente del mismo en su condición
del primer director artístico de
la revista Tricontinental se
designó a Alfredo González
Rostgaard e indistintamente lo
integraron Lázaro Abréu Padrón,
Olivio Martínez, Rolando Córdova
Cabeza y Víctor Manuel
Navarrete.
En el contenido temático la
revista Tricontinental, al igual
que en los carteles y otros
medios de propaganda, desde
1970, se incluyeron la
realización de acciones
comunicativas en apoyo a las
nuevas jornadas de solidaridad
realizadas en la década del
setenta, como fueron:
Solidaridad con los pueblos de
Indochina (1971), Jornada de
solidaridad con el pueblo de
Uruguay y libertad para los
presos políticos (1974),
Solidaridad con el pueblo de
Chile tras sangriento golpe
fascista contra el gobierno
constitucionalista de Salvador
Allende (1974), Derechos civiles
de la población negra de Estados
Unidos (1977), Jornada de
solidaridad con Namibia (1977),
Solidaridad con el pueblo de
Nicaragua (1978), Solidaridad
con la lucha del pueblo de
Sahara Occidental (1978) y
Solidaridad con el pueblo del
Líbano (1979).
La Tricontinental que en 1975
estuvo entre las primeras
publicaciones en dar a conocer
la noticia de que los
combatientes del pueblo de Viet
Nam hicieron ondear su bandera
victoriosa en el cielo de
Saigón; a partir del segundo
lustro de la década del setenta,
se comenzó a reflejar en sus
páginas artículos acerca de la
llamada Línea del Frente,
agrupación política africana
creada en 1976, que presidido
por Julius Kambarage Nyerere,
líder de Tanzania e integrada
por Zambia, Botswana, Angola,
Mozambique y Zimbabwe, que apoya
la lucha de la SWAPO por la
independencia de Namibia y la
lucha del pueblo sudafricano
contra el apartheid y por la
liberación nacional.
Entre otros destacados
dirigentes e intelectuales del
llamado Tercer Mundo de
proyección revolucionaria
interesados en la lucha de los
movimientos de liberación
nacional que periódicamente,
hasta mediado de la década del
setenta, colaboraron con
artículos que fueron publicados
en la Tricontinental,
estuvieron: Amilcar Cabral, Juan
Mari-Bras, Agostino Neto, Manuel
Galich, Carlos Marighella, César
Monte, Yasser Arafat, Inti
Peredo, Carlos Mariguella,
Camilo Torres, Oliver Tambor,
Jean-Paul Sartre, Inti Peredo y
Roque Dalton.
En las ediciones de la
Tricontinental destinadas a
esclarecer el objetivo de la
lucha revolucionaria contra el
dominio imperialista estuvieron
los estudios publicados que
revelaron aspectos de la
contraofensiva del imperialismo
en los años sesenta con la
implantación de dictaduras
fascistas. Igualmente en
correspondencia con las
circunstancias del continente
africano entre 1975 y 1979
reflejó en sus páginas la
victoria de Angola que bajo la
dirección de Agostino Neto
derrotó a los racistas
sudafricanos y abrió una nueva
perspectiva para el proceso de
descolonización en esa región y
la significación del ejemplo de
internacionalismo proletario del
siglo XX, que protagonizó el
pueblo cubano a través de la
“Operación Carlota”.
Sucesivamente en la
Tricontinental en
correspondencia con las
circunstancias del continente
africano también abordó las
transformaciones
socio-económicas y políticas
emprendidas en Mozambique luego
de obtener su independencia
nacional Asimismo recibieron
cobertura en sucesivos números
de la revista Tricontinental la
caída de Haile Selassie en
Etiopia, el triunfó la
Revolución de Afganistán en
Abril de 1978; que liquidó al
régimen feudal y estableció en
ese momento un gobierno
progresista. En Irán la caída
del Sha; gendarme de Estados
Unidos en el Medio Oriente que
abrió paso un proceso de
orientación antiimperialista.
Igualmente en la revista
Tricontinental, desde principio
del 1978, se comenzó a reflejar
en sus contenidos temáticos los
nuevos signos de recuperación de
parte del movimiento
revolucionario de América
Latina, fuertemente golpeado en
años anteriores por las
dictaduras militares. La
reactivación de la lucha se
manifestó en Centroamérica, el
Caribe y en algunos países del
Cono Sur como Bolivia, Perú y
Colombia, pero donde se logró un
rápido incremento fue en
Nicaragua, Granda y El Salvador.
Hacia comienzos de los años
ochenta la edición sistemática
de la revista y los carteles se
dificultaron debido a que en el
mercado internacional se produjo
un aumento del costo del papel,
las películas y otros insumos
necesarios para la impresión
gráfica, lo que motivó una
disminución en la importación de
dichos materiales, situación que
se agravó por el bloqueo
económico de Estados Unidos
contra Cuba existente desde
febrero de 1961.La industria
poligráfica disminuyó
considerablemente su producción
de revistas, periódicos y todos
los impresos en general. Las
tiradas de la revista
Tricontinental se redujo a 25
mil ejemplares por números (12
mil español, 8 mil en inglés y 5
mil en francés) y las
reproducciones de carteles se
limitó a 5 mil en papel cromado
y 3 mil en papel bond.
Para entonces los integrantes
del equipo de realización
artística: Rafael Enríquez Vega
(director artístico), los
diseñadores Rafael Morante
Boyerizo y Alberto Blanco
González, y como realizador
Eladio Rivadulla Pérez,
sistematizaron la inclusión en
sus programas de trabajo la
opción de que el cartel creado
fuera simultáneamente empleado
en la cubierta, contracubierta,
en el reversos de ambas y en las
páginas interiores de las nuevas
ediciones de la revista
Tricontinental.
Entre las temáticas reflejadas
en las publicaciones y los
carteles de la OSPAAAL en ese
periodo, estuvieron las
vinculadas con: el triunfo de la
Revolución en Granada, la
intensificación de la lucha del
pueblo de El Salvador, la
solidaridad con Cuba, el
movimiento revolucionario en
Guatemala, el movimiento de
liberación Tupamaro en Uruguay,
los derechos civiles en Estados
Unidos, la lucha contra la
carrera armamentista, la
reconstrucción de Viet Nam, la
oposición al sistema del
apartheid en Sudáfrica, el
triunfo de la Revolución en
Nicaragua, el combate contra el
fascismo en Uruguay, Paraguay,
Chile y Argentina, la causa del
pueblo de Palestina, la
independencia del pueblo de la
República Árabe Saharauí
Democrática y los aniversarios
de la muerte de los principales
líderes revolucionarios en los
tres continentes.
No obstante las limitaciones
para la OSPAAAL la década del
ochenta constituyó un periodo de
reconocimiento a su labor
gráfica; sus logros quedaron
reflejados en numerosas
exposiciones de carteles
nacionales e internacionales así
como en tres hechos de gran
significación para la gráfica de
la solidaridad Tricontinental,
primero: la publicación de la
revista Tricontinental en el
idioma árabe, lo cual se realizó
el 9 de febrero de 1982 y que
lamentablemente no pudo
continuar porque la imprenta fue
destruida durante uno de los
bombardeos israelíes a Beirut
(Líbano), segundo: la edición de
un número especial para
conmemorar el aniversario quince
de la caída en combate del Che,
que, además de los artículos,
contenía una selección de
carteles sobre el comandante
guerrillero, los más
emblemáticos realizados por la
OSPAAAL y diversas instituciones
cubanas; y tercero: la adopción
de un nuevo formato de la
revista´
Con el histórico crédito de
haber sido la primera revista en
dar a conocer, en 1967, al
movimiento palestino Al Fatah;
en 1983 en una edición especial,
que en su portada se mostró la
imagen del legendario líder
palestino Yaseer Arafat, a
través de sus artículos,
poemarios y fotos se revelaron
la actitud agresiva y criminal
de Israel con su expansión a
territorios árabes.
NUEVO FORMATO
En ese contexto comenzó a
circular la revista
Tricontinental No 87, del
bimestre mayo-junio de 1983, en
la cual se adoptó el nuevo
formato (28 x 24 centímetros),
la cual estuvo dedicada a
África, ese cambio le permitió
situarla a la par de otras
publicaciones similares,
incrementar el nivel de
aceptación entre sus lectores e
hizo posible su fácil
manipulación y embalaje para su
distribución.
“La guerra de las Malvinas y la
solidaridad Tricontinental y los
antecedentes históricos de la
agresión del imperialismo
anglo-norteamericano en ese
archipiélago perteneciente a la
República Argentina fue
oportunamente publicado en la
Tricontinental así como las
evocaciones sobre: Guatemala, a
30 años de la agresión yanqui, y
la gesta heroica del pueblo
dominicano contra invasión de
los marines sucedida en 1965.
Entre los temas de actualidad e
interés general de ese período
también estuvo el de la
impagable e incobrable deuda
externa de los países de América
Latina y el Caribe, siendo otras
de las temáticas tratadas con
gran. La fuerza del argumento
demostró la necesidad de que la
deuda externa fuera anulada a
favor de la supervivencia de más
de cuatro millones de seres
humanos que sufren las
consecuencias del orden
económico injusto que el
imperialismo le ha impuesto a
los pueblos.
Rompiendo el silencio de las
poderosas transnacionales de la
información de las fuerzas
imperialistas no hubo un solo
escenario de la lucha
revolucionaria de los pueblos
dado a conocer por la
Tricontinental y sus carteles
que en esos momentos a través su
sistema de distribución
internacional con peculiaridades
propias, sin antecedentes en
Cuba ni similitud en otros
países, incluyendo los propios
Estados Unidos y las demás
potencias imperialistas,
constituido por centros
receptores y re-expedidores que
formaron amigos comprometidos
con la lucha de los pueblos del
Tercer Mundo e integrantes de
diversos comités de solidaridad
con los movimientos de
liberación de apoyo, como: la
causa palestina y de Solidaridad
con la Revolución Cubana
permitieron que las influencias
políticas de la Tricontinental
llegara a más de cien países.
En la trascendencia y amplia
acogida de la Tricontinental se
contó con las colaboraciones de
artículos y trabajos
periodísticos que, entre mediado
de la década del setenta y
finales de los años ochenta,
aportaron líderes políticos,
intelectuales, periodistas,
artistas, investigadores y
practicante de otras profesiones
de diversas partes del mundo
comprometidos con las más nobles
causas humanitarias y solidarias
de su época, también estuvieron:
Gabriel García Márquez, Graca
Machel, Manuel Galich, Guillermo
Toriello, Nills Castro, Zulficar
Ali Brutto, Vo Hguyen Giap,
NguyenThi Binh, Carlos Fonseca
Amador, Jean Suret-Canale, Alex
La Guma, Maurice Bishop, Gerar
Pierre-Charles, Gregorio Seiser,
Carlos Núñez, Hernán Uribe,
Jorge Timossi, Phil Hutchings,
Doris Pizarro, Julio A. Muriante
y Ernesto Guevara Lynch.
Igualmente contribuyeron
periodistas e investigadores
cubanos, como: Gregorio Ortega,
Fernando Salinas, Bardomero
Álvarez Ríos, José M. Ortiz,
Estrella Rey, Lourdes Cervantes
Vázquez, Luis Suárez, Enrique de
la Osa, Luis M. Arce, Silvio
Baró, José A. Benítez, Orlando
Contreras, Miguel A. D,
Estefano, Eugenio
Espinosa, José Luciano Franco,
Gabriel Molina, Armando Estralgo,
Gaspar García Gallo, Mauro
García Triana, Osvaldo Martínez,
Mirta Muñiz Eguea, Hugo Rius,
Joaquín Riverí, Luis Suarez
López, Gabriel Gumá, Enrique
González Manet, Fernando Nápoles
Tapia, Luis René Fernández Tabío,
Ismael Zuaznábar. Luis Sexto,
Enrique González Manet y
Valentín Rodríguez.
En las configuraciones de
portadas, portadillas y en
diversos artículos, además de
los integrantes del equipo de
diseñadores de la OSPAAAL,
también estuvieron presentes las
aportaciones artísticas de
relevantes artistas de la
plástica cubana; como: Servando
Cabrera Moreno, René
Portocarrero, Raúl Martínez
González, Umberto Peña y Mariano
Rodríguez, así como de creadores
gráficos, como: Modesto Braulio,
Esteban Ayala Ferrer. Jesús
Forjans, René Mederos, José
Papiol, Helena Serrano, Félix
Beltrán, Asela Pérez, Ernesto
Padrón, Berta Abelenda,
Heriberto Echeverría, Daysi
Garcia, Clara García, Arturo A.
Palomino y Emilio Gómez.
Indistintamente también bridaron
sus contribuciones distinguidos
fotógrafos; como: Edgargo
Carulla Tur, Manuel Kampos, Raúl
Aroche, Fidel Pazo, Roly
Montaval y Argel Gómez.
A través de la fotografía, la
composición pictórica y el
eficaz empleo la maqueta y la
imagen corporal se mostraron
diseños en los que a través de
las influencias del pop art
interpretaron los principales
problemas sociales que afectaban
a pueblos de los tres
continentes con configuraciones
visuales de intensos efectos
cromáticos en los que están
presentes la iconografía de
líderes revolucionarios y de la
presencia de mujeres y hombres
en escenificaciones de acciones
patrióticas en defensa de sus
identidades nacionales. En otras
también se revelaron imágenes de
mujeres y flores con los
predominios del barroco y
diversas formas visuales que
captaron en sus lenguajes
plásticos rasgos de la
esclavitud de las metrópolis
europeas a los pueblos de África
y América Latina.
De las expresiones artísticas
pictóricas, insertadas en la
revista, se distinguieron entre
1987 y 1989 una sucesión de
ilustraciones aportadas por
Rafael Morante Boyerizo de
evidentes derivaciones
cromáticas y solidez conceptual
que significaron diversos
artículos realizados sobre
África y que por sus atrayentes
delineaciones motivaron interés
en organizaciones solidarias y
artistas de las potencias
occidentales, en particular
Canadá y Estados Unidos. Las
inspiraciones de Morante
identificadas por sus riquezas
en estilos y diversidad de
expresiones pictóricas
visualmente asociadas a revistas
de arte facilitaron el acceso a
través de las aduanas de Estados
Unidos en momento en que en el
contexto de la “guerra fría” se
restringían las publicaciones de
contenidos progresistas y
revolucionarias, censuradas como
propaganda comunista subversiva.
Esas infamantes alusiones
estuvieron presentes contra
ediciones de la Tricontinental
durante la postrimería de los
años ochenta y los albores de la
década del noventa, con las
cuales pretendieron disimular
sus preocupaciones motivadas por
una trilogía de artículos de
René Anillo Capote, aparecidos
sucesivamente, en ese periodo,
en los que con sólidos
argumentos tomados de fuentes
estadounidenses reveló los
imperativos de la política de la
Casa Blanca, bajo la
administración del presidente
George Bush, que para imponer
sus designios por medio de la
agresión militar y su nueva arma
la asfixia económica a los
pueblos subdesarrollados no
tiene en cuenta ni el sentir de
sus ciudadanos y mucho menos
cuando se trataba de los negros,
indios e hispanos.
Un nuevo período que
particularizó la edición de la
revista Tricontinental y los
carteles de la OSPAAAL se
produjo con la llegada de la
década del noventa, que heredó
de finales del decenio anterior
algunas de las situaciones que
afectaron su volumen de edición,
como fueron: el alto costo de
los materiales de diseño, el
papel, la tinta y otros insumos,
lo cual se agravó a partir de la
desintegración de la Unión
Soviética y la desaparición del
Campo Socialista con las que
Cuba realizaba sus principales
operaciones comerciales,
provocando que la industria
poligráfica quedara
prácticamente paralizada por la
falta de materia prima para la
producción.
En tales circunstancia en que
Estados Unidos, con el apoyo de
las demás capitalistas,
aprovechando las secuelas
derivadas de siglos de
dependencia económica y del
saqueo a los pueblos, a través
de chantaje económico y las
amenazas del empleo de la fuerza
continuó ejerciendo sus
predominios imperiales en países
de África, Asia y América
Latina; la OSPAAAL a través de
su revista Tricontinental y sus
carteles intensificó sus
mensajes en los que se hicieron
alusiones que denunciaban el
militarismo y contra las
desigualdades sociales que se
registran entres las naciones
ricas y los países pobres.
Las nuevas temáticas abordadas
en los carteles y la revista
Tricontinental, tuvieron lugar
en el contexto de un mundo
unipolar y globalizado por el
neoliberalismo de la economía,
modelo impuesto, tras la caída
del campo socialista, por el
imperialismo a los países
subdesarrollados de los tres
continentes donde se agudizaban
los problemas económicos y
sociales como el atraso
existente, consecuencia de su
pasado colonial o neocolonial y
de la injusta política de
ajustes expuesta por el Fondo
Monetario Internacional (FMI) y
el Banco Mundial (BM),
controlados por Estados Unidos,
la mayor potencia imperialista
que hace gala de su poderío
militar para intervenir y actuar
en cualquier país del mundo bajo
el pretexto de proteger sus
intereses y de la seguridad
nacional.
Partiendo de lo antes expresado,
la OSPAAAL a través de la
propaganda reflejó; el rechazo a
las acciones económicas,
comerciales y financieras contra
la vida de los pueblos, la
preservación del medio ambiente,
la negativa a aceptar los
bloqueos económicos, comerciales
y financieros como instrumento
de presión política, el respeto
a la voluntad de los pueblos a
la elección libre del régimen
socio-político y económico que
deseen adoptar, la condena a las
agresiones y ataques militares,
la crítica a la aplicación de la
política neoliberal, el rechazo
a toda forma de discriminación y
todos aquellos males que afecten
a la vida de los pueblos.
Igualmente se le prestó atención
a los relacionados con las
tradiciones combativas y
patrióticas de la Revolución
Cubana, como los realizados en
ocasión del XXX Aniversario de
la victoria cubana en Playa
Girón; el del cese del bloqueo
económico y el de la retirada de
la Base Naval de Guantánamo y el
XXX Aniversario de la caída en
combate del Che. En el diseño de
las diversas temáticas, en los
años noventa, abordadas en la
revista y los carteles
participaron los diseñadores
Gladys Acosta y Eladio Rivadulla
Pérez.
La OSPAAAL en estos momentos de
crisis, de limitaciones
materiales y financieros contó
con la ayuda de manos amigas de
otros países para que continuara
la edición de la revista
Tricontinental y sus carteles
políticos de apoyo solidario al
Tercer Mundo, y dentro de este
último los de solidaridad con la
Revolución Cubana. Una de estas
expresiones solidarias fue
materializada por la
Coordinadora de apoyo a la
Revolución Cubana de Italia
(estrechamente vinculada con la
labor de solidaridad en países
de África y América Latina) con
la reedición de de tres carteles
del Che y el aporte del
financiamiento para reeditar la
revista Tricontinental, después
de casi cuatro años de ser
publicada y que se concretó a
partir de la edición del número
131.
SEGUNDA ÉPOCA DE LA REVISTA
TRICONTINENTAL
Con la publicación de la revista
Tricontinental No 131 en marzo
de 1995 se inicio una nueva
época de su edición en la que
manteniendo su tradicional apego
a la solidaridad, como factor
primordial de unidad entre los
países del Tercer Mundo por la
defensa de sus soberanías e
independencias, reformuló su
contenido con la asimilación de
los problemas globales o
generales más acuciantes que
afectaban a los pueblos, como:
la militarización, la creación
de un mundo unipolar, la
pobreza, las políticas
económicas desiguales
imperialistas, la imposición de
patrones occidentales y otras
acciones encaminadas a
menoscabar la independencia de
os países subdesarrollados.
La Tricontinental No
131 con artículos realizados en
el contexto de la celebración,
en La Habana, del Encuentro
Internacional sobre Derecho a
los Pueblos al Desarrollo Social
(1994); con la inserción en el
reverso de la portada y en una
portadilla de la pintura “Madre
y niño, La ternura” del
emblemático pintor ecuatoriano
Osvaldo Guayasamin y en sus
páginas ilustraciones artísticas
de: Erasto Cortés Juárez;
México, Eduardo Audivert;
Argentina, Livio Abramo; Brasil,
Luis Camnitzer, Uruguay, Isabel
Villaseñor y José Clemente
Orozco; México, Matta; Chile,
Jesús Soto; Venezuela y de Cuba;
Wifredo Lam; ese número se
distinguió de las anteriores
ediciones por su realización
editorial digitalizada en la que
a las tradicionales
representaciones visuales, le
sucedieron configuraciones con
expresiones contemporáneas
apoyadas de los recursos y
posibilidades de la
digitalización computarizada,
que le propugnaron atrayentes
definiciones estéticas que en
sus mensajes reafirman el
augurio de que un mundo mejor es
posible.
Para honrar el centenario de la
muerte del Héroe Nacional Cubano
José Martí paradigma de los
revolucionarios que luchan
contra el imperialismo, que
entre su sumario contó con el
articulo “Del anticolonialismo
al imperialismo”; de Roberto
Fernández Retamar, también contó
en su portada de una obra del
pintor cubano Adigio Benítez que
con proverbial definición
delineo un significado aporte a
la iconografía martiana en la
que armónicamente reveló dos
singularidades del insigne
patriota su enardecida
convicción independentista, por
la que ofrendó su vida en el
campo de batalla y sus
significativos vigores
poéticos.
En sucesivas ediciones de la
Tricontinental también
reflejaron artículos
relacionados con la Conferencia
Internacional José Martí y los
desafíos del siglo XXI (Santiago
de Cuba, 1995) y otros como el
Festival Mundial de la Juventud
y los Estudiantes, en La Habana
1997, ocasión en que organizó
una exposición con las obras
presentadas durante un concurso
que convocó la OSPAAAL, por la
conmemoración de las 30 años de
la muerte del Che, denominado
La imagen Constante; donde
fueron premiados los originales
de carteles de los jóvenes
creadores: Paris Volta; en el
que de las delineaciones
fingidas de dos montañas
representa la conversión
imaginada de una paloma blanca
que al levantar vuelo va dejando
plasmada en sus sombras
simulaciones de los elementos
configurativos del rostro del
Che y debajo el texto: Hasta
la Victoria Siempre, y la
otra obra fue la titulada: ACHE,
de Daniel Cruz, donde empleó
deleznables configuraciones
derivadas de las influencias del
art pop y el art nouveau para
advertir de alusiones armónicas
entre los ideales guevarianos y
la practica popular de la
religión afrocubana.
La Tricontinental reflejó en sus
páginas las influencias del
legado de Ben Barka, donde
magistralmente se expusieron
aspectos de la génesis y
proyección del pensamiento del
dirigente marroquí y nuevas
develaciones del misterio sobre
su secuestro y crimen cuando en
su condición Presidente del
Comité Internacional
Preparatorio se ocupaba a
finales de 1965 de la
preparación y organización de la
“Conferencia
Tricontinental de los pueblos de
África, Asia y América Latina”
Con la conquistada consagración
de su existencia como “La voz
impresa del Tercer Mundo”,
obtenida por su sostenida
adhesión a las causas justas en
defensa del pensamiento
político, la historia y la
cultura de los pueblos de los
tres continentes; la
Tricontinental acogió el
advenimiento del nuevo milenio
con la incremento de
colaboradores que le permitieron
extender su influencia
comunicativa, entre los cuales
se encuentran: Noam Chomsky,
Eduardo Galeano, Evo Morales,
Stella Calloni, Hugo Chavés
Frias, Percy Francisco Alvarado
Godoy, Atilio Bóron, Manuel
Mardonado Denis. James Petras,
Richard Frick, Glen Rangwala,
Raymond Whitaker y los
investigadores y periodista
cubanos: Luis Suarez Salazar,
Ulises Estrada Lescalle,
Mercedes Santos Muray, Ana María
Pellón, Eliades Acosta, Ángel E.
Pino, Manuel E. Yepe, Jorge
Risquet Valdés, Mario Mencia,
Teresa Valdés, Hedelberto López
Blanch, Ernesto Gómez Abascal,
Raúl Galcés, Giraldo Mazola,
Humberto Rodríguez y Ana María
Lujan.
Nuevas irrupciones visuales
creadas por los diseñadores:
José Ángel Lama, Raúl García
Valdés, Alfonso M. Peña,
Leonardo Regalado, Leonid Prado
y Rafael Enríquez Vega,
sustentados en el eficaz empleo
de la digitalización, expresaron
en una conceptualización grafica
diferente, que revelaron
expresiones temáticas con
atractivas definiciones
estéticas y airadas frescuras,
donde contrates y
yuxtaposiciones —sostenidos en
alusiones figurativas, efectos
ópticos y distorsiones
refulgentes— irradiaron
derivaciones visuales de
eficaces registros
comunicativos.
Aires de alientos y vigorización
comunicativa se patentizó en la
Tricontinental mostrados en la
portada y páginas interiores con
ilustraciones del humorista
gráfico cubano Tomás Rodríguez
Zayas (TOMY) en los que el
multipremiado humorista
ridiculiza al pretendido
proyecto norteamericano del Área
de Libre Comercio de las
Américas (ALCA). Formaron parte
de esa edición trascendentales
artículos contra las
pretensiones de dominación
imperialista y las profunda
connotación opresora del ALCA.
Eduardo Roca “CHOCO”; en la obra
conocida como “La madre”, óleo
sobre lienzo, acompañada del
texto: ¿Qué hombre, hijo de
mujer, podría dejar caer la
muerte sobre tus rosas…? reveló
la brutal guerra contra el
pueblo iraquí a través de la
opinión editorial “Mentiras y
bombas sobre Iraq”; donde se
desenmascaró los verdaderos
propósitos de la guerra
imperialista de Estados Unidos
en Iraq que sucesivamente se
reveló en diversos artículos.
Otra excelente concurrencia de
lo político con lo artístico de
autentica expresión solidaria
quedó revelada en las
gestaciones de líneas y colores
de solida figuraciones humanas
configurada en una obra
pictórica del pintor, dibujante
y muralista cubano Orlando
Hernández Yanes para la
Tricontinental No 158 en la que
se acogió como temática central
el 45 aniversario de la
Revolución Cubana, en que con
precisión y detalle la
iconografía de dirigentes
cubanos simbólicamente la
confluyó con las de líderes e
intelectuales revolucionarios de
diversas nacionalidades.
La independencia de Puerto Rico
contó con nuevos espacios donde
se reflejaron la lucha del
pueblo puertorriqueño contra el
status colonial, el saqueo
constante de las reservas
naturales y la penetración
cultural e ideológica sostenida
con ese territorio por las
fuerzas gobernantes de Estados
Unidos. La realidad del pueblo
saharaui, constituyó en este
periodo otros de los temas
recurrentes por la
Tricontinental, donde quedaron
nuevamente revelados aspectos
sobre las agresiones de
Marruecos y la ejecución de su
proyecto anexionista, con la
prolongada actuación
intervencionista de Estados
Unidos y sus aliados en la OTAN
para la no aplicación de las
normas de la ONU que establece
la autodeterminación de la
población saharaui.
Sucesivamente a través de la
revista Tricontinental No 168 y
un cartel con el texto PREMIO
NOBEL DE LA PAZ, se desentrañó
la pretendida imagen pública
bondadosa del actual presidente
de Estados Unidos, Barack Obama,
que aunque obtuvo tan alto
galardón aun continua
practicando contra Cuba y las
fuerzas progresistas del mundo,
la misma política agresiva que
su predecesor como inquilino de
la Casa Blanca, George W. Bush.
En la ilustración de la portada
de la referida revista y en el
cartel a través de una perspicaz
metamorfosis se muestra las
auténticas intenciones de Obama,
para lo cual su creador Rafael
Enríquez Vega acudió a la
escenificación del Águila
Imperial que en sus alas posee
rotuladas la insignia de
identidad de la poderosa y
agresiva fuerza área de Estados
Unidos, orgullo del Pentágono y
del poder militar. En la que
vislumbran sus desafiantes
garras, que con su desgarrador
poderío destructivo posan sobre
países como: en Honduras; donde
apoyó el golpe de estado que
desencadenó una feroz opresión
contra la resistencia brindada
por el pueblo y en Afganistán,
Pakistán, Iraq, Yemen y otros
del Medio Oriente, donde bajo el
pretexto de la infundada lucha
contra el terrorismo, los
militares norteamericanos causan
víctimas indiscriminadamente
entre la indefensa población de
esos territorios. También se
denuncia el establecimiento de
bases militares en Colombia que
bajo el pretexto de combatir al
narcotráfico, es evidente que
apuntan hacia Venezuela y contra
los cambios sociales que se
están gestando en países de
América Latina.
Han ocupados las páginas de la
Tricontinental las revelaciones
de los fracasados intentos de 11
Presidentes de Estados Unidos
mediante la prolongación del
bloqueo económico y todas sus
variantes de agresión: invasión
mercenaria, sabotajes, actos
terroristas, guerra
bacteriológica y mediática, para
aniquilar a la Revolución
Cubana, incluyendo entre sus
planes recientes el frustrado
empleo de la disidencia cubana,
que reciben dinero y apoyo
logístico, con el propósito de
subvertir el orden
constitucional y derrumbar al
sistema político.
Confortada por la edición No 171
dedicada a la celebración en
abril del 2011 de los 50 años de
la primera derrota militar del
imperialismo en América Latina;
en Bahía de Cochino (Playa
Girón) y de que su precursora la
OSPAAAL haya cumplido su 45 años
de fundación; la Tricontinental
que condena las irregularidades
cometidas contra los luchadores
antiterroristas cubanos: Gerardo
Hernández, René González, Ramón
Labañino, Antonio Guerrero y
Fernando González, continúa
afianzándose como vehículo
trasmisor de la convicción de
quienes luchan por la
eliminación de todas las
desigualdades e injusticia que
genera el capitalismo y se
enardece ante la satisfacción de
haber conseguido exponer, a
través de textos e imágenes, el
sentir de la lucha
antiimperialista de los pueblos
de los tres continentes.
Porque como espina atravesada en
la garganta del águila imperial
Tricontinental continuará
oponiéndose a los planes de
Estados Unidos y sus aliados que
para derrocar a los gobiernos
progresistas y revolucionarios
que no responden a sus
intereses; tratan de imponerles
sus doctrinas mediante los
métodos de penetración
ideológica: a través de la
tecnología de la informática y
la diplomacia con la supuesta
defensa de los derechos humanos
que hacen confluir con el empleo
de la fuerza con acciones de:
guerras de agresión, ataques
selectos, actos terroristas y
sabotajes.
(Fuente:
Rebelión)