viernes, 2 de marzo de 2012

45 años de la Tricontinental


45 años de la Tricontinental
La voz impresa de los pueblos contra el dominio político, económico y la penetración cultural imperialista
La revista Tricontinental es el órgano teórico de la Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina (OSPAAAL); surgida por acuerdo de los participantes en la “Conferencia Tricontinental de los pueblos de África, Asia y América Latina”, que efectuada en La Habana del 3 al 15 de enero de 1966, sesionó con la evidente convicción proclamada el 4 de febrero de 1962, en la Segunda Declaración de La Habana, de: “… esta gran humanidad ha dicho: «¡Basta!» y ha echado a andar. Y su marcha de gigantes, ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia”.
La OSPAAAL creada, para alcanzar la unidad de las fuerzas revolucionarias en lucha por alcanzar la liberación, la independencia y la soberanía nacional de los pueblos, frente a el imperialismo, contra el apartheid y la segregación racial; para su identidad
comunicativa__ además de sus comunicados, mensajes y llamamientos, boletín, filmes, producciones literarias y noticieros radiales__ erigió la revista Tricontinental.
La revista Tricontinental en contrapartida a la dramática situación que impuso el imperialismo norteamericano que enviaba sus soldados a reprimir los movimientos progresistas y revolucionarios de liberación en cualquier parte del mundo perfiló su contenido temático, con la publicación de artículos y valoraciones, en armonía con la proclamación del derecho de los pueblos, para proteger sus soberanías e independencias nacionales, oponiendo a la violencia imperialista la lucha armada revolucionaria, mostrando que las causas que originan las revoluciones tienen sus consecuencias de las condiciones de vida y la conciencia de cada país y no de su exportación; convocando a los pueblos a defenderse de la penetración cultural y de las agresiones directas o indirectas de las potencias capitalistas. 
En el protagonismo de la revista Tricontinental, para lograr la unidad entre los pueblos y enfrentar la dramática situación impuesta por el imperialismo, además del Che quien con su histórico mensaje marcó la fecha fundacional de su publicación y deslumbró como su principal inspirador, también estuvieron asociados con su fundación las voces de importantes líderes del movimiento revolucionario, como: Fidel Castro, Amilcar Cabral y Ho Chi Min.  
EL MENSAJE DEL CHE A LA TRICONTINENTAL 
El 16 de abril de 1967 la OSPAAAL editó un folleto con el texto íntegro del histórico Mensaje del Che a la Tricontinental ; devenido en la edición 0 en su la página de presentación, se advirtió la futura publicación de la revista Tricontinental El Che lo había enviado en respuesta a un pedido del Secretariado Ejecutivo de la OSPAAAL; de solicitud de colaboraciones, de los más destacados dirigentes revolucionarios del mundo, para incluirlos en el primer número de la revista y por la claridad en que, en ese artículo, se abordaron los problemas de vital importancia para el movimiento revolucionario y la denuncia enérgica contra la política del imperialismo se decidió publicarlo en un suplemento especial. El Mensaje del Che a la Tricontinental, una vez hecho público y distribuido a diversos países, fue reproducido en folleto y revistas por organizaciones progresistas y partidos amigos, que lo imprimieron, en otros idiomas como; italiano, inglés, francés, árabes y japonés.  
PRIMERA ÉPOCA DE LA REVISTA TRICONTINENTAL 
Convencionalmente distinguida su edición y circulación por la periodización de dos épocas; es conveniente destacar sus rasgos generales que han diferenciados su publicación, como han sido: su periodicidad bimestral; alternado mensualmente, hasta mediado de la década del ochenta del siglo pasado, con la edición del Boletín Tricontinental que con aproximadamente 68 páginas y portada a color, diseñado por Lázaro Abreu Padrón, comenzó a circular en abril de 1966 con periodicidad mensual, en español, inglés, francés y árabe; a través del cual se difundieron noticias y artículos de fondo
La primera época de la revista Tricontinental (1967-1992), en cuanto a su formato se identificó por su formulación en dos dimensiones: de 23 x 15 centímetros y 120 páginas, similar al formato de un libro, que abarcó desde la No 1, en agosto de 1967, con una tirada de 50 mil ejemplares, (25 mil en español, 15 mil en inglés y 10 mil en francés) extendiéndose hasta la No 87 (1983) y sucesivamente con el formato de 21 X 28 centímetros, entre la No 88 hasta la No 130 en 1992. 
La concepción y presentación de la maqueta del primer número de la revista Tricontinental había sido concebida por el diseñador gráfico José Gómez Fresquet (Frémez) y al no poder ocuparse este de su proceso editorial, a solicitud del Secretariado General de la OSPAAAL, lo realizó Alfredo Rostgaard, quien en su condición de director artístico fundador, incidió en materializar su edición, así como de los carteles y otros impresos que formaron parte de su circulación. En esta tarea se contó con la colaboración de Lázaro Abréu Padrón, quien además de continuar diseñando el boletín informativo de igual título, brindó su aporte creativo en las cubiertas y contracubiertas así como en ambos reversos de la revista.  
La portada del primer número, en conformidad con un reportaje inédito aparecido en el mismo, reflejó la imagen de Pierre Mulele quien, después del asesinato de Patricio Lumumba, había conducido la lucha armada en el Congo. Portadora, en sus páginas, de un mensaje de Ho Chi Minh, que se adhería a lo expresado en su editorial de que la publicación serviría de órgano de difusión e intercambio de las experiencias revolucionarias así como de las ideas más nobles de los hombres que luchaban y pensaban por la libertad plena de la humanidad, también constituyeron parte de su sumario temático los artículos: “Reforcemos la lucha antiimperialista y anti-yanqui”; del Primer Ministro Coreano Kin II Sung, “El Tercer Mundo nuestro mundo”, otro acerca de los objetivos de la lucha de los afroamericanos en los Estados Unidos; de la autoría de Stokely Carmichael y el amplio estudio titulado “Medio Oriente 5 días con futuro. La estrategia del petróleo” donde se denunció el dominio del petróleo árabe por el imperialismo internacional. 
Entre otros trabajos completaron las 122 páginas del número inaugural de la revista Tricontinental una carta de Ho Chi Minh al presidente norteamericano Lyndon Johnson, que con el título “Viet-nam: esta es mi respuesta”, insertada en la sección Actas para la Historia reafirmaba la decisión del pueblo vietnamita de continuar la lucha has la victoria final. En la sección el Hombre en su Palabra se incluyó aspectos de la trayectoria del líder marroquí El Mehdi Ben Barka quien había sido secuestrado y asesinado en momento en que se desempeñaba como Presidente del Comité Preparatorio Internacional de la Primera Conferencia Tricontinental.  
Desde la publicación de ese primer número se asumió la práctica del empleo del cartel que desde comienzo de 1967 había sistematizado la OSPAAAL, su recurrencia como información visual complementaria a los artículos de la revista tuvieron dos visibles distinciones: los que plegados en su interior formarían parte de su perfil editorial y los que insertados en sus portadas, contraportadas y páginas interiores servirían como apoyo visual a su contenido temático.  
En la ejecución editorial y distribución al mundo de la Tricontinental, desde la aparición del primer número, se involucraron distinguidos periodistas, notables artistas de las artes plásticas y diseñadores gráficos integrantes la vanguardia artística, que conjuntamente con los trabajadores de la industria grafica cubana han hecho posible una publicación que ha servido como fuente de información sobre la lucha contra el colonialismo, neocolonialismo y el imperialismo y al propio tiempo tribuna abierta al debate de ideas, donde han sido abordado los principales problemas que afectan a los pueblos y la posibilidad de buscarles solución a través de transformaciones revolucionarias.  
Por su dinámica efectividad comunicativa, durante la administración de Richard Nixon, en Estados Unidos, la revista Tricontinental fue señalada como una publicación de contenido subversivo porque recomendaba a las fuerzas revolucionarias orientaciones acerca de cómo emplear sus armas en sus enfrentamientos de defensa de los ataques y agresiones imperialistas. Tal imputación no se ajustaba a la realidad porque los medios de combate que aparecieron ilustradas, con instrucciones para su manejo en las contraportadas de los primeros 12 números publicados, eran precisamente las empleadas por las fuerzas reaccionarias para aniquilar a los guerrilleros, luchadores urbanos y otros combatientes. Con tal falsedad pretendían enmascarar sus acciones subversivas tales como: la invasión de revistas, folletos, postales y otros impresos de contenido pornográfico y distorsionador de la realidad de la lucha de los pueblos de los tres continentes.  
Contra las calumnias por la aparición de la revista Tricontinental estuvieron las opiniones expresadas por destacadas personalidades como la de Ho Chi Minh en un mensaje que aparece publicado en el primer número de esa publicación donde manifestó: “...me siento muy feliz de enviar a los pueblos hermanos de Asia, África y América Latina mis mejores votos de solidaridad y de éxitos en su gran lucha contra el imperialismo, el colonialismo y el neocolonialismo con el imperialismo norteamericano a la cabeza, por la liberación nacional y el movimiento de la paz mundial. Deseo un éxito total a Tricontinental en el cumplimiento de sus nobles tareas revolucionarias”.  
Impresa en ediciones en español, inglés y francés, contó hasta el No 24 de mayo-junio de 1971 de una edición en italiano. La edición de los 24 números en italiano de la revista Tricontinental estuvo a cargo de la librería Feltrinelli, en Milán. Igualmente entre, 1966 y 1969, se editó en francés por Editions Francois Masperó; una de las casas editoriales más importantes de Francia. También en Alemania durante un año por Trikontuerlag. En poco tiempo el Secretariado Ejecutivo de la OSPAAAL contó con tres medios fundamentales para su labor de propaganda: el cartel, la revista y el boletín que conjuntamente con la sección cinematográfica y los programas de radio que se escuchaban lo mismo en Buenos Aires que en la zonas liberadas de Guinea Portuguesa, integraron el conjunto de su gráfica política de la solidaridad tricontinental que circulaba por todo el mundo.  
En cuanto a los carteles que plegados en su interior constituyeron parte de su perfil editorial de la revista Tricontinental estuvieron configurados con imágenes fotográficas y dibujadas o ambas combinadas, con elementos de la realidad y en ocasiones figurados, floreciendo portadores de elementos y signos gráficos con la representación de elementos autóctonos y folklóricos de los diversas nacionalidades acompañados con lanzas, ballestas, arcos, flechas y armas de combates convencionales que simbolizaban la defensa de los pueblos frente a la potencias occidentales.  
Entre los primeros artículos de intelectuales cubanos de reconocidos prestigio internacional, contra la penetración cultural, figuró el trabajo “Arte y compromiso” del cineasta Santiago Álvarez, en el que el creador cubano puntualizó el papel a desempeñar por los cineastas en momento en que se acentuaba la lucha de los pueblos contra el dominio imperialista.
La repercusión que sucesivamente consiguió el mensaje orientador y solidario de los impresos de la OSPAAAL motivó preocupaciones y comentarios suscitados en periódicos de Estados Unidos, por las autoridades de la aduana, así como por la prohibición de la circulación distribución y la puesta en venta de la revista Tricontinental, (con sus carteles plegados) en Francia, donde se distribuían tres mil ejemplares por la editorial de Francois Masperó uno de los editores más destacados de ese país siendo condenado el 8 de julio de 1969 a cuatro meses de prisión y 18 mil francos de multas. Dicha revista fue la primera en el mundo en dar a conocer informaciones inéditas y documentos sobre África, Asia, América Latina, el movimiento negro en Estados Unidos y la situación en Europa Occidental.  
Es significativo en los últimos años de la década del sesenta la presencia reiterada de prospectos con ilustraciones gráficas que sin poseer una frase o un texto, fueron distribuidos doblados en el interior de la revista esa forma de comunicación gráfica, tomó mayor relevancia en la pintura al óleo Cristo Guerrillero (1969) de Alfredo Rostgaard, reproducida en offset en homenaje a la memoria del sacerdote y guerrillero colombiano Camilo Torres.
Esos ejemplos, aunque no asumieron las normas convencionales de la relación que debe existir entre la imagen y el textos que caracterizan a un cartel, por su forma de presentación cumplieron con la función comunicativa inherente a este medio para incentivar la lucha revolucionaria contra la penetración cultural y por la independencia de los países del yugo neocolonial, lográndose difundir ideas que eran necesario defender a través de esta manifestación artística a personas que no sabían leer y que solo era posible trasmitir mediante la ilustración gráfica.  
Otros de los recursos empleados en la gráfica de la OSPAAAL distribuidos con la revista Tricontinental fue el conocido de la técnica gráfica japonesa de origami introducido por Alfredo Rostgard para satirizar la explotación y la deformación cultural impuesta a los pueblos subdesarrollados por las potencias imperialistas como los realizado: para la Jornada de solidaridad con el pueblo de Puerto Rico (1968), que en la parte superior poseía la imagen de un candidato electoral de un aparente partido llamado Unión, que al ser abierto revela la imagen del presidente de los Estados Unidos Lyndon B. Jonhson respaldado el texto: “Por el camino de la traición” y el de formato pequeño que reflejó la lucha de la comunidad negra en Estados Unidos, su configuración residió en un dibujo con una pantera símbolo del Black Power que en simulacro a un rugido se abre al recibir impacto de un proyectil.  
Entre 1967 y 1970 además de la condena al sionismo de Israel, el rechazo a las intervenciones norteamericanas en Viet Nam, Laos y Cambodia, contra la ocupación de República Dominicana, el enclave colonial de Puerto Rico y las que apoyaron a la Revolución Cubana también se formularon las diversas muestras de apoyo político patentizada en la Tricontinental en solidaridad con: Frentes de Liberación Nacional (FLN) y las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) de Venezuela, que se unieron bajo un mando único (FLN-FALN), Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) del Perú, Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR) de Guatemala, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Bolivia, Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Nicaragua, Frente de Liberación Nacional (FRELIMO) de Mozambique, Movimiento de Liberación de Angola (MPLA), Partido de Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIG), Congreso Nacional Africano de Sudáfrica (ANC), Organización Popular de África Sudoccidental (SWAPO), Unión Popular Africana de Zimbawe (ZAPU) y la Organización de Liberación de Palestina (OLP).  
Y aunque habitualmente la OSPAAAL, en correspondencia con el alcance del trabajo de solidaridad fundamentalmente expresaba su apoyo a favor de los pueblos de países del llamado Tercer Mundo; tales propósitos, por su repercusión y significación para las causas de los tres continentes, también se extendió a favor de la lucha del pueblo afro-norteamericano víctima del racismo y privados de sus derechos civiles, por la reunificación en la República Popular Democrática de Corea y contra los lanzamientos de bombas nucleares, por Estados Unidos, en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.
Continuamente la constitución en 1973 de su equipo de diseñadores le permitió a la OSPAAAL fortalecer su política comunicativa a través de sus diversos aportes gráficos y en particular para la edición de la revista Tricontinental, al frente del mismo en su condición del primer director artístico de la revista Tricontinental se designó a Alfredo González Rostgaard e indistintamente lo integraron Lázaro Abréu Padrón, Olivio Martínez, Rolando Córdova Cabeza y Víctor Manuel Navarrete.
En el contenido temático la revista Tricontinental, al igual que en los carteles y otros medios de propaganda, desde 1970, se incluyeron la realización de acciones comunicativas en apoyo a las nuevas jornadas de solidaridad realizadas en la década del setenta, como fueron: Solidaridad con los pueblos de Indochina (1971), Jornada de solidaridad con el pueblo de Uruguay y libertad para los presos políticos (1974), Solidaridad con el pueblo de Chile tras sangriento golpe fascista contra el gobierno constitucionalista de Salvador Allende (1974), Derechos civiles de la población negra de Estados Unidos (1977), Jornada de solidaridad con Namibia (1977), Solidaridad con el pueblo de Nicaragua (1978), Solidaridad con la lucha del pueblo de Sahara Occidental (1978) y Solidaridad con el pueblo del Líbano (1979).
La Tricontinental que en 1975 estuvo entre las primeras publicaciones en dar a conocer la noticia de que los combatientes del pueblo de Viet Nam hicieron ondear su bandera victoriosa en el cielo de Saigón; a partir del segundo lustro de la década del setenta, se comenzó a reflejar en sus páginas artículos acerca de la llamada Línea del Frente, agrupación política africana creada en 1976, que presidido por Julius Kambarage Nyerere, líder de Tanzania e integrada por Zambia, Botswana, Angola, Mozambique y Zimbabwe, que apoya la lucha de la SWAPO por la independencia de Namibia y la lucha del pueblo sudafricano contra el apartheid y por la liberación nacional.  
Entre otros destacados dirigentes e intelectuales del llamado Tercer Mundo de proyección revolucionaria interesados en la lucha de los movimientos de liberación nacional que periódicamente, hasta mediado de la década del setenta, colaboraron con artículos que fueron publicados en la Tricontinental, estuvieron: Amilcar Cabral, Juan Mari-Bras, Agostino Neto, Manuel Galich, Carlos Marighella, César Monte, Yasser Arafat, Inti Peredo, Carlos Mariguella, Camilo Torres, Oliver Tambor, Jean-Paul Sartre, Inti Peredo y Roque Dalton.
En las ediciones de la Tricontinental destinadas a esclarecer el objetivo de la lucha revolucionaria contra el dominio imperialista estuvieron los estudios publicados que revelaron aspectos de la contraofensiva del imperialismo en los años sesenta con la implantación de dictaduras fascistas. Igualmente en correspondencia con las circunstancias del continente africano entre 1975 y 1979 reflejó en sus páginas la victoria de Angola que bajo la dirección de Agostino Neto derrotó a los racistas sudafricanos y abrió una nueva perspectiva para el proceso de descolonización en esa región y la significación del ejemplo de internacionalismo proletario del siglo XX, que protagonizó el pueblo cubano a través de la “Operación Carlota”.  
Sucesivamente en la Tricontinental en correspondencia con las circunstancias del continente africano también abordó las transformaciones socio-económicas y políticas emprendidas en Mozambique luego de obtener su independencia nacional Asimismo recibieron cobertura en sucesivos números de la revista Tricontinental la caída de Haile Selassie en Etiopia, el triunfó la Revolución de Afganistán en Abril de 1978; que liquidó al régimen feudal y estableció en ese momento un gobierno progresista. En Irán la caída del Sha; gendarme de Estados Unidos en el Medio Oriente que abrió paso un proceso de orientación antiimperialista.  
Igualmente en la revista Tricontinental, desde principio del 1978, se comenzó a reflejar en sus contenidos temáticos los nuevos signos de recuperación de parte del movimiento revolucionario de América Latina, fuertemente golpeado en años anteriores por las dictaduras militares. La reactivación de la lucha se manifestó en Centroamérica, el Caribe y en algunos países del Cono Sur como Bolivia, Perú y Colombia, pero donde se logró un rápido incremento fue en Nicaragua, Granda y El Salvador.  
Hacia comienzos de los años ochenta la edición sistemática de la revista y los carteles se dificultaron debido a que en el mercado internacional se produjo un aumento del costo del papel, las películas y otros insumos necesarios para la impresión gráfica, lo que motivó una disminución en la importación de dichos materiales, situación que se agravó por el bloqueo económico de Estados Unidos contra Cuba existente desde febrero de 1961.La industria poligráfica disminuyó considerablemente su producción de revistas, periódicos y todos los impresos en general. Las tiradas de la revista Tricontinental se redujo a 25 mil ejemplares por números (12 mil español, 8 mil en inglés y 5 mil en francés) y las reproducciones de carteles se limitó a 5 mil en papel cromado y 3 mil en papel bond.  
Para entonces los integrantes del equipo de realización artística: Rafael Enríquez Vega (director artístico), los diseñadores Rafael Morante Boyerizo y Alberto Blanco González, y como realizador Eladio Rivadulla Pérez, sistematizaron la inclusión en sus programas de trabajo la opción de que el cartel creado fuera simultáneamente empleado en la cubierta, contracubierta, en el reversos de ambas y en las páginas interiores de las nuevas ediciones de la revista Tricontinental.  
Entre las temáticas reflejadas en las publicaciones y los carteles de la OSPAAAL en ese periodo, estuvieron las vinculadas con: el triunfo de la Revolución en Granada, la intensificación de la lucha del pueblo de El Salvador, la solidaridad con Cuba, el movimiento revolucionario en Guatemala, el movimiento de liberación Tupamaro en Uruguay, los derechos civiles en Estados Unidos, la lucha contra la carrera armamentista, la reconstrucción de Viet Nam, la oposición al sistema del apartheid en Sudáfrica, el triunfo de la Revolución en Nicaragua, el combate contra el fascismo en Uruguay, Paraguay, Chile y Argentina, la causa del pueblo de Palestina, la independencia del pueblo de la República Árabe Saharauí Democrática y los aniversarios de la muerte de los principales líderes revolucionarios en los tres continentes.
No obstante las limitaciones para la OSPAAAL la década del ochenta constituyó un periodo de reconocimiento a su labor gráfica; sus logros quedaron reflejados en numerosas exposiciones de carteles nacionales e internacionales así como en tres hechos de gran significación para la gráfica de la solidaridad Tricontinental, primero: la publicación de la revista Tricontinental en el idioma árabe, lo cual se realizó el 9 de febrero de 1982 y que lamentablemente no pudo continuar porque la imprenta fue destruida durante uno de los bombardeos israelíes a Beirut (Líbano), segundo: la edición de un número especial para conmemorar el aniversario quince de la caída en combate del Che, que, además de los artículos, contenía una selección de carteles sobre el comandante guerrillero, los más emblemáticos realizados por la OSPAAAL y diversas instituciones cubanas; y tercero: la adopción de un nuevo formato de la revista´
 Con el histórico crédito de haber sido la primera revista en dar a conocer, en 1967, al movimiento palestino Al Fatah; en 1983 en una edición especial, que en su portada se mostró la imagen del legendario líder palestino Yaseer Arafat, a través de sus artículos, poemarios y fotos se revelaron la actitud agresiva y criminal de Israel con su expansión a territorios árabes.  
NUEVO FORMATO 
En ese contexto comenzó a circular la revista Tricontinental No 87, del bimestre mayo-junio de 1983, en la cual se adoptó el nuevo formato (28 x 24 centímetros), la cual estuvo dedicada a África, ese cambio le permitió situarla a la par de otras publicaciones similares, incrementar el nivel de aceptación entre sus lectores e hizo posible su fácil manipulación y embalaje para su distribución.  
“La guerra de las Malvinas y la solidaridad Tricontinental y los antecedentes históricos de la agresión del imperialismo anglo-norteamericano en ese archipiélago perteneciente a la República Argentina fue oportunamente publicado en la Tricontinental así como las evocaciones sobre: Guatemala, a 30 años de la agresión yanqui, y la gesta heroica del pueblo dominicano contra invasión de los marines sucedida en 1965.  
Entre los temas de actualidad e interés general de ese período también estuvo el de la impagable e incobrable deuda externa de los países de América Latina y el Caribe, siendo otras de las temáticas tratadas con gran. La fuerza del argumento demostró la necesidad de que la deuda externa fuera anulada a favor de la supervivencia de más de cuatro millones de seres humanos que sufren las consecuencias del orden económico injusto que el imperialismo le ha impuesto a los pueblos.  
Rompiendo el silencio de las poderosas transnacionales de la información de las fuerzas imperialistas no hubo un solo escenario de la lucha revolucionaria de los pueblos dado a conocer por la Tricontinental y sus carteles que en esos momentos a través su sistema de distribución internacional con peculiaridades propias, sin antecedentes en Cuba ni similitud en otros países, incluyendo los propios Estados Unidos y las demás potencias imperialistas, constituido por centros receptores y re-expedidores que formaron amigos comprometidos con la lucha de los pueblos del Tercer Mundo e integrantes de diversos comités de solidaridad con los movimientos de liberación de apoyo, como: la causa palestina y de Solidaridad con la Revolución Cubana permitieron que las influencias políticas de la Tricontinental llegara a más de cien países.
En la trascendencia y amplia acogida de la Tricontinental se contó con las colaboraciones de artículos y trabajos periodísticos que, entre mediado de la década del setenta y finales de los años ochenta, aportaron líderes políticos, intelectuales, periodistas, artistas, investigadores y practicante de otras profesiones de diversas partes del mundo comprometidos con las más nobles causas humanitarias y solidarias de su época, también estuvieron: Gabriel García Márquez, Graca Machel, Manuel Galich, Guillermo Toriello, Nills Castro, Zulficar Ali Brutto, Vo Hguyen Giap, NguyenThi Binh, Carlos Fonseca Amador, Jean Suret-Canale, Alex La Guma, Maurice Bishop, Gerar Pierre-Charles, Gregorio Seiser, Carlos Núñez, Hernán Uribe, Jorge Timossi, Phil Hutchings, Doris Pizarro, Julio A. Muriante y Ernesto Guevara Lynch. 
Igualmente contribuyeron periodistas e investigadores cubanos, como: Gregorio Ortega, Fernando Salinas, Bardomero Álvarez Ríos, José M. Ortiz, Estrella Rey, Lourdes Cervantes Vázquez, Luis Suárez, Enrique de la Osa, Luis M. Arce, Silvio Baró, José A. Benítez, Orlando Contreras, Miguel A. D, Estefano, Eugenio Espinosa, José Luciano Franco, Gabriel Molina, Armando Estralgo, Gaspar García Gallo, Mauro García Triana, Osvaldo Martínez, Mirta Muñiz Eguea, Hugo Rius, Joaquín Riverí, Luis Suarez López, Gabriel Gumá, Enrique González Manet, Fernando Nápoles Tapia, Luis René Fernández Tabío, Ismael Zuaznábar. Luis Sexto, Enrique González Manet y Valentín Rodríguez.  
En las configuraciones de portadas, portadillas y en diversos artículos, además de los integrantes del equipo de diseñadores de la OSPAAAL, también estuvieron presentes las aportaciones artísticas de relevantes artistas de la plástica cubana; como: Servando Cabrera Moreno, René Portocarrero, Raúl Martínez González, Umberto Peña y Mariano Rodríguez, así como de creadores gráficos, como: Modesto Braulio, Esteban Ayala Ferrer. Jesús Forjans, René Mederos, José Papiol, Helena Serrano, Félix Beltrán, Asela Pérez, Ernesto Padrón, Berta Abelenda, Heriberto Echeverría, Daysi Garcia, Clara García, Arturo A. Palomino y Emilio Gómez. Indistintamente también bridaron sus contribuciones distinguidos fotógrafos; como: Edgargo Carulla Tur, Manuel Kampos, Raúl Aroche, Fidel Pazo, Roly Montaval y Argel Gómez. 
A través de la fotografía, la composición pictórica y el eficaz empleo la maqueta y la imagen corporal se mostraron diseños en los que a través de las influencias del pop art interpretaron los principales problemas sociales que afectaban a pueblos de los tres continentes con configuraciones visuales de intensos efectos cromáticos en los que están presentes la iconografía de líderes revolucionarios y de la presencia de mujeres y hombres en escenificaciones de acciones patrióticas en defensa de sus identidades nacionales. En otras también se revelaron imágenes de mujeres y flores con los predominios del barroco y diversas formas visuales que captaron en sus lenguajes plásticos rasgos de la esclavitud de las metrópolis europeas a los pueblos de África y América Latina. 
De las expresiones artísticas pictóricas, insertadas en la revista, se distinguieron entre 1987 y 1989 una sucesión de ilustraciones aportadas por Rafael Morante Boyerizo de evidentes derivaciones cromáticas y solidez conceptual que significaron diversos artículos realizados sobre África y que por sus atrayentes delineaciones motivaron interés en organizaciones solidarias y artistas de las potencias occidentales, en particular Canadá y Estados Unidos. Las inspiraciones de Morante identificadas por sus riquezas en estilos y diversidad de expresiones pictóricas visualmente asociadas a revistas de arte facilitaron el acceso a través de las aduanas de Estados Unidos en momento en que en el contexto de la “guerra fría” se restringían las publicaciones de contenidos progresistas y revolucionarias, censuradas como propaganda comunista subversiva.  
Esas infamantes alusiones estuvieron presentes contra ediciones de la Tricontinental durante la postrimería de los años ochenta y los albores de la década del noventa, con las cuales pretendieron disimular sus preocupaciones motivadas por una trilogía de artículos de René Anillo Capote, aparecidos sucesivamente, en ese periodo, en los que con sólidos argumentos tomados de fuentes estadounidenses reveló los imperativos de la política de la Casa Blanca, bajo la administración del presidente George Bush, que para imponer sus designios por medio de la agresión militar y su nueva arma la asfixia económica a los pueblos subdesarrollados no tiene en cuenta ni el sentir de sus ciudadanos y mucho menos cuando se trataba de los negros, indios e hispanos.  
Un nuevo período que particularizó la edición de la revista Tricontinental y los carteles de la OSPAAAL se produjo con la llegada de la década del noventa, que heredó de finales del decenio anterior algunas de las situaciones que afectaron su volumen de edición, como fueron: el alto costo de los materiales de diseño, el papel, la tinta y otros insumos, lo cual se agravó a partir de la desintegración de la Unión Soviética y la desaparición del Campo Socialista con las que Cuba realizaba sus principales operaciones comerciales, provocando que la industria poligráfica quedara prácticamente paralizada por la falta de materia prima para la producción.  
En tales circunstancia en que Estados Unidos, con el apoyo de las demás capitalistas, aprovechando las secuelas derivadas de siglos de dependencia económica y del saqueo a los pueblos, a través de chantaje económico y las amenazas del empleo de la fuerza continuó ejerciendo sus predominios imperiales en países de África, Asia y América Latina; la OSPAAAL a través de su revista Tricontinental y sus carteles intensificó sus mensajes en los que se hicieron alusiones que denunciaban el militarismo y contra las desigualdades sociales que se registran entres las naciones ricas y los países pobres.  
Las nuevas temáticas abordadas en los carteles y la revista Tricontinental, tuvieron lugar en el contexto de un mundo unipolar y globalizado por el neoliberalismo de la economía, modelo impuesto, tras la caída del campo socialista, por el imperialismo a los países subdesarrollados de los tres continentes donde se agudizaban los problemas económicos y sociales como el atraso existente, consecuencia de su pasado colonial o neocolonial y de la injusta política de ajustes expuesta por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), controlados por Estados Unidos, la mayor potencia imperialista que hace gala de su poderío militar para intervenir y actuar en cualquier país del mundo bajo el pretexto de proteger sus intereses y de la seguridad nacional.  
Partiendo de lo antes expresado, la OSPAAAL a través de la propaganda reflejó; el rechazo a las acciones económicas, comerciales y financieras contra la vida de los pueblos, la preservación del medio ambiente, la negativa a aceptar los bloqueos económicos, comerciales y financieros como instrumento de presión política, el respeto a la voluntad de los pueblos a la elección libre del régimen socio-político y económico que deseen adoptar, la condena a las agresiones y ataques militares, la crítica a la aplicación de la política neoliberal, el rechazo a toda forma de discriminación y todos aquellos males que afecten a la vida de los pueblos.  
Igualmente se le prestó atención a los relacionados con las tradiciones combativas y patrióticas de la Revolución Cubana, como los realizados en ocasión del XXX Aniversario de la victoria cubana en Playa Girón; el del cese del bloqueo económico y el de la retirada de la Base Naval de Guantánamo y el XXX Aniversario de la caída en combate del Che. En el diseño de las diversas temáticas, en los años noventa, abordadas en la revista y los carteles participaron los diseñadores Gladys Acosta y Eladio Rivadulla Pérez.
La OSPAAAL en estos momentos de crisis, de limitaciones materiales y financieros contó con la ayuda de manos amigas de otros países para que continuara la edición de la revista Tricontinental y sus carteles políticos de apoyo solidario al Tercer Mundo, y dentro de este último los de solidaridad con la Revolución Cubana. Una de estas expresiones solidarias fue materializada por la Coordinadora de apoyo a la Revolución Cubana de Italia (estrechamente vinculada con la labor de solidaridad en países de África y América Latina) con la reedición de de tres carteles del Che y el aporte del financiamiento para reeditar la revista Tricontinental, después de casi cuatro años de ser publicada y que se concretó a partir de la edición del número 131.  
SEGUNDA ÉPOCA DE LA REVISTA TRICONTINENTAL 
Con la publicación de la revista Tricontinental No 131 en marzo de 1995 se inicio una nueva época de su edición en la que manteniendo su tradicional apego a la solidaridad, como factor primordial de unidad entre los países del Tercer Mundo por la defensa de sus soberanías e independencias, reformuló su contenido con la asimilación de los problemas globales o generales más acuciantes que afectaban a los pueblos, como: la militarización, la creación de un mundo unipolar, la pobreza, las políticas económicas desiguales imperialistas, la imposición de patrones occidentales y otras acciones encaminadas a menoscabar la independencia de os países subdesarrollados.
La Tricontinental No 131 con artículos realizados en el contexto de la celebración, en La Habana, del Encuentro Internacional sobre Derecho a los Pueblos al Desarrollo Social (1994); con la inserción en el reverso de la portada y en una portadilla de la pintura “Madre y niño, La ternura” del emblemático pintor ecuatoriano Osvaldo Guayasamin y en sus páginas ilustraciones artísticas de: Erasto Cortés Juárez; México, Eduardo Audivert; Argentina, Livio Abramo; Brasil, Luis Camnitzer, Uruguay, Isabel Villaseñor y José Clemente Orozco; México, Matta; Chile, Jesús Soto; Venezuela y de Cuba; Wifredo Lam; ese número se distinguió de las anteriores ediciones por su realización editorial digitalizada en la que a las tradicionales representaciones visuales, le sucedieron configuraciones con expresiones contemporáneas apoyadas de los recursos y posibilidades de la digitalización computarizada, que le propugnaron atrayentes definiciones estéticas que en sus mensajes reafirman el augurio de que un mundo mejor es posible.  
Para honrar el centenario de la muerte del Héroe Nacional Cubano José Martí paradigma de los revolucionarios que luchan contra el imperialismo, que entre su sumario contó con el articulo “Del anticolonialismo al imperialismo”; de Roberto Fernández Retamar, también contó en su portada de una obra del pintor cubano Adigio Benítez que con proverbial definición delineo un significado aporte a la iconografía martiana en la que armónicamente reveló dos singularidades del insigne patriota su enardecida convicción independentista, por la que ofrendó su vida en el campo de batalla y sus significativos vigores poéticos. 
En sucesivas ediciones de la Tricontinental también reflejaron artículos relacionados con la Conferencia Internacional José Martí y los desafíos del siglo XXI (Santiago de Cuba, 1995) y otros como el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, en La Habana 1997, ocasión en que organizó una exposición con las obras presentadas durante un concurso que convocó la OSPAAAL, por la conmemoración de las 30 años de la muerte del Che, denominado La imagen Constante; donde fueron premiados los originales de carteles de los jóvenes creadores: Paris Volta; en el que de las delineaciones fingidas de dos montañas representa la conversión imaginada de una paloma blanca que al levantar vuelo va dejando plasmada en sus sombras simulaciones de los elementos configurativos del rostro del Che y debajo el texto: Hasta la Victoria Siempre, y la otra obra fue la titulada: ACHE, de Daniel Cruz, donde empleó deleznables configuraciones derivadas de las influencias del art pop y el art nouveau para advertir de alusiones armónicas entre los ideales guevarianos y la practica popular de la religión afrocubana.  
La Tricontinental reflejó en sus páginas las influencias del legado de Ben Barka, donde magistralmente se expusieron aspectos de la génesis y proyección del pensamiento del dirigente marroquí y nuevas develaciones del misterio sobre su secuestro y crimen cuando en su condición Presidente del Comité Internacional Preparatorio se ocupaba a finales de 1965 de la preparación y organización de la “Conferencia Tricontinental de los pueblos de África, Asia y América Latina”  
Con la conquistada consagración de su existencia como “La voz impresa del Tercer Mundo”, obtenida por su sostenida adhesión a las causas justas en defensa del pensamiento político, la historia y la cultura de los pueblos de los tres continentes; la Tricontinental acogió el advenimiento del nuevo milenio con la incremento de colaboradores que le permitieron extender su influencia comunicativa, entre los cuales se encuentran: Noam Chomsky, Eduardo Galeano, Evo Morales, Stella Calloni, Hugo Chavés Frias, Percy Francisco Alvarado Godoy, Atilio Bóron, Manuel Mardonado Denis. James Petras, Richard Frick, Glen Rangwala, Raymond Whitaker y los investigadores y periodista cubanos: Luis Suarez Salazar, Ulises Estrada Lescalle, Mercedes Santos Muray, Ana María Pellón, Eliades Acosta, Ángel E. Pino, Manuel E. Yepe, Jorge Risquet Valdés, Mario Mencia, Teresa Valdés, Hedelberto López Blanch, Ernesto Gómez Abascal, Raúl Galcés, Giraldo Mazola, Humberto Rodríguez y Ana María Lujan.  
Nuevas irrupciones visuales creadas por los diseñadores: José Ángel Lama, Raúl García Valdés, Alfonso M. Peña, Leonardo Regalado, Leonid Prado y Rafael Enríquez Vega, sustentados en el eficaz empleo de la digitalización, expresaron en una conceptualización grafica diferente, que revelaron expresiones temáticas con atractivas definiciones estéticas y airadas frescuras, donde contrates y yuxtaposiciones —sostenidos en alusiones figurativas, efectos ópticos y distorsiones refulgentes— irradiaron derivaciones visuales de eficaces registros comunicativos. 
Aires de alientos y vigorización comunicativa se patentizó en la Tricontinental mostrados en la portada y páginas interiores con ilustraciones del humorista gráfico cubano Tomás Rodríguez Zayas (TOMY) en los que el multipremiado humorista ridiculiza al pretendido proyecto norteamericano del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Formaron parte de esa edición trascendentales artículos contra las pretensiones de dominación imperialista y las profunda connotación opresora del ALCA.  
Eduardo Roca “CHOCO”; en la obra conocida como “La madre”, óleo sobre lienzo, acompañada del texto: ¿Qué hombre, hijo de mujer, podría dejar caer la muerte sobre tus rosas…? reveló la brutal guerra contra el pueblo iraquí a través de la opinión editorial “Mentiras y bombas sobre Iraq”; donde se desenmascaró los verdaderos propósitos de la guerra imperialista de Estados Unidos en Iraq que sucesivamente se reveló en diversos artículos.
Otra excelente concurrencia de lo político con lo artístico de autentica expresión solidaria quedó revelada en las gestaciones de líneas y colores de solida figuraciones humanas configurada en una obra pictórica del pintor, dibujante y muralista cubano Orlando Hernández Yanes para la Tricontinental No 158 en la que se acogió como temática central el 45 aniversario de la Revolución Cubana, en que con precisión y detalle la iconografía de dirigentes cubanos simbólicamente la confluyó con las de líderes e intelectuales revolucionarios de diversas nacionalidades.  
La independencia de Puerto Rico contó con nuevos espacios donde se reflejaron la lucha del pueblo puertorriqueño contra el status colonial, el saqueo constante de las reservas naturales y la penetración cultural e ideológica sostenida con ese territorio por las fuerzas gobernantes de Estados Unidos. La realidad del pueblo saharaui, constituyó en este periodo otros de los temas recurrentes por la Tricontinental, donde quedaron nuevamente revelados aspectos sobre las agresiones de Marruecos y la ejecución de su proyecto anexionista, con la prolongada actuación intervencionista de Estados Unidos y sus aliados en la OTAN para la no aplicación de las normas de la ONU que establece la autodeterminación de la población saharaui.  
Sucesivamente a través de la revista Tricontinental No 168 y un cartel con el texto PREMIO NOBEL DE LA PAZ, se desentrañó la pretendida imagen pública bondadosa del actual presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que aunque obtuvo tan alto galardón aun continua practicando contra Cuba y las fuerzas progresistas del mundo, la misma política agresiva que su predecesor como inquilino de la Casa Blanca, George W. Bush.
En la ilustración de la portada de la referida revista y en el cartel a través de una perspicaz metamorfosis se muestra las auténticas intenciones de Obama, para lo cual su creador Rafael Enríquez Vega acudió a la escenificación del Águila Imperial que en sus alas posee rotuladas la insignia de identidad de la poderosa y agresiva fuerza área de Estados Unidos, orgullo del Pentágono y del poder militar. En la que vislumbran sus desafiantes garras, que con su desgarrador poderío destructivo posan sobre países como: en Honduras; donde apoyó el golpe de estado que desencadenó una feroz opresión contra la resistencia brindada por el pueblo y en Afganistán, Pakistán, Iraq, Yemen y otros del Medio Oriente, donde bajo el pretexto de la infundada lucha contra el terrorismo, los militares norteamericanos causan víctimas indiscriminadamente entre la indefensa población de esos territorios. También se denuncia el establecimiento de bases militares en Colombia que bajo el pretexto de combatir al narcotráfico, es evidente que apuntan hacia Venezuela y contra los cambios sociales que se están gestando en países de América Latina.
Han ocupados las páginas de la Tricontinental las revelaciones de los fracasados intentos de 11 Presidentes de Estados Unidos mediante la prolongación del bloqueo económico y todas sus variantes de agresión: invasión mercenaria, sabotajes, actos terroristas, guerra bacteriológica y mediática, para aniquilar a la Revolución Cubana, incluyendo entre sus planes recientes el frustrado empleo de la disidencia cubana, que reciben dinero y apoyo logístico, con el propósito de subvertir el orden constitucional y derrumbar al sistema político.
Confortada por la edición No 171 dedicada a la celebración en abril del 2011 de los 50 años de la primera derrota militar del imperialismo en América Latina; en Bahía de Cochino (Playa Girón) y de que su precursora la OSPAAAL haya cumplido su 45 años de fundación; la Tricontinental que condena las irregularidades cometidas contra los luchadores antiterroristas cubanos: Gerardo Hernández, René González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González, continúa afianzándose como vehículo trasmisor de la convicción de quienes luchan por la eliminación de todas las desigualdades e injusticia que genera el capitalismo y se enardece ante la satisfacción de haber conseguido exponer, a través de textos e imágenes, el sentir de la lucha antiimperialista de los pueblos de los tres continentes. 
Porque como espina atravesada en la garganta del águila imperial Tricontinental continuará oponiéndose a los planes de Estados Unidos y sus aliados que para derrocar a los gobiernos progresistas y revolucionarios que no responden a sus intereses; tratan de imponerles sus doctrinas mediante los métodos de penetración ideológica: a través de la tecnología de la informática y la diplomacia con la supuesta defensa de los derechos humanos que hacen confluir con el empleo de la fuerza con acciones de: guerras de agresión, ataques selectos, actos terroristas y sabotajes.  
(Fuente: Rebelión)

¿Por qué derribó Cuba dos aviones norteamericanos de Hermanos al Rescate?

Roberto Martino, preso político